viernes, 25 de abril de 2008

La Rabia





La rabia puede liberar a la mujer herida, porque su herida tiene un centro candente que escuece y duele. Algunas mujeres suprimen el dolor y la rabia que le acompaña. Y entonces esa rabia se va hacia el interior, quizás en forma de síntomas corporales o pensamientos depresivos y suicidas que paralizan sus vidas y su creatividad. Otras dejan salir su rabia, pero atropellan a terceras personas al hacerlo; como están heridas, hieren a otros. No importa en qué direción vaya la rabia, no está canalizada, resulta informe y explosiva. Pero también conlleva una poderosa energía que, si es bien utilizada, puede resultar una fuerza básica para redimir al padre y transformar lo femenino.


La mujer herida (Linda Schierse Leonard)

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