domingo, 19 de octubre de 2008
Clicia
Clicia, ninfa del Océano, fué amada de Apolo, que después la abandonó pra consagrar su afecto a Leucotoe, hija de Orcano, rey de Babilonia. Inconsolable Clicia por la conducta del dios, se retiró al desierto donde se sustentaba con los alimentos más groseros. Acostada noche y día sobre la arena, los cabellos en desorden y el rostro bañado en lágrimas, Clicia dirigía continuamente sus miradas al sol. Apolo, apiadado de ella, la convirtió en heliotropo o girasol, pues esta planta, según comúnmente se cree, mira siempre al astro fuente de luz.
Así, a pesar de su metamorfosis, Clicia patentiza siempre el afecto que guarda a su amado.
J. Humbert
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